Sin móviles: entre internas y denuncias, continúan los problemas de la policía

Días atrás una mujer llamó al 101 pidiendo por un móvil policial y le contestaron que no había ninguno a disposición. Dicha situación llegó rápidamente a oídos del Jefe Departamental Raúl Araya, quién se molestó mucho por la situación.  La propia mujer se encargó de que el Comisario Mayor conozca la situación que había vivido. Esto concuerda con diferente denuncias recibidas por este medio de parte de vecinos de la ciudad, que se quejaron de demoras excesivas cuando necesitaron un móvil policial.

Sin embargo, lo ocurrido no sería nada nuevo en la policía, ya que la misma cuenta con un discreto presupuesto destinado a combustible y reparaciones, recayendo casi todas estas cuestiones en la Cooperadora Policial, hacedora de que los pocos móviles existentes se encuentren en la calle.

Si bien el actual Jefe intenta darle un perfil de total honestidad a la fuerza, e informa diariamente las actividades que la misma realiza en San Francisco y la región, lo real es que los recursos destinados por la provincia son escasos en todos los aspectos, haciendo que sea dificultoso el accionar cotidiano. A esta situación debemos sumarle la feroz interna que existe en la fuerza, donde las diferencias parecen no ceder y cada día se plasman en distintas actitudes de los uniformados.

Hace pocos días este medio publicó una nota periodística dando a conocer la investigación que lleva adelante el Tribunal de Conducta Policial y por el cual tres policías locales fueron licenciados hasta tanto se esclarezca la situación. La Investigación daba cuenta de que existiría un fraude en el combustible destinado a los móviles policiales, dado que en  los expedientes aparecían cargas de combustibles a automóviles que estaban fuera de funcionamiento. Esta situación llevó a que el conocido Comisario Marcelo Bertello, como dijimos antes, sea licenciado momentáneamente, y alejado de la conducción de la Unidad Regional VI. Si bien nadie lo confirmará oficialmente, esta habría sido una de las condiciones impuestas a los superiores por parte del nuevo Jefe para hacerse cargo de la departamental San Justo.

Los acusados alegaron que cada móvil tiene un cupo diario de combustible de 25 litros, y si lo solicitan, una carga extra de otros 5 litros más. Siendo la misma una cantidad  insuficiente para cumplir con las tareas diarias, y por eso hacían pasar que cargaban nafta a coches fuera de servicio, pero que el combustible en realidad se destinaba a los móviles que estaban recorriendo la ciudad.  Según ellos, este era un accionar común en las distintas administraciones policiales. En contrapartida, la actual administración policial cree que no se puede desde la fuerzas utilizar estos métodos, y señalan que fue enorme la cantidad de litros de nafta facturados a la provincia durante largos periodos.

En medio de todo esto, se conoció que quienes quedaron como responsables de las mencionadas áreas se manejan desde entonces con total cautela y austeridad, lo que hace que muchas veces el combustible no alcance o bien falten elementos para el funcionamiento diario de la fuerza. Equivocados o no, nadie esta dispuesto a autorizar algo que luego los deje enredado en algún acto de indisciplina, y cada uniformado tiene referentes o responde a una de las líneas o corrientes que existen en la policía de Córdoba.

Esto crea una paradoja difícil de entender para los ciudadanos. Porque pareciera increíble que los propios uniformados deban involucrarse en situaciones poco claras o que rozan el delito para lograr un funcionamiento acorde a la realidad, o que la propia interna policial derive en estas situaciones, siempre en perjuicio del vecino.

Por uno u otro motivo, la realidad nos sigue marcando que a pesar de las mejoras salariales conseguidas por los policías la situación sigue siendo la misma, existiendo graves errores desde la conducción política, que han llevado a que la institución sea mirada con ojos de pocos amigos por gran parte de la sociedad cordobesa.