Federación de Centros Vecinales en conflicto
La gestión anterior habría dejado un panorama poco claro respecto a los números, situación que causó alarma en la actual conducción. Por el momento nadie habla de irregularidades, y prefieren mencionar graves desprolijidades administrativas. La Municipalidad monitorea de cerca la cuestión.
El 29 de marzo pasado Víctor Vacchieri asumió la presidencia de la Federación de Centros Vecinales de San Francisco, elección para la cual no se necesitó votación, dado que fue elegido por consenso de todos los integrantes, en remplazo de Manuel Rodríguez, que llevaba varios periodos a cargo del ente que aglutina a la mayoría de los centros vecinales de la ciudad.
Una vez que ocupó dicho cargo, que posee una gran carga política, se habría encontrado con que la administración de la “Federación” no era de lo más transparente y varios puntos estarían siendo analizados para determinar cuáles serían los pasos a seguir.
Sucede que los balances anuales brillarían por su ausencia, situación que encendió la primera luz de alarma, al no poder la nueva conducción determinar la situación financiera y económica de la entidad. Si bien la Federación de Centros Vecinales no administra grandes fondos, al actual presidente le preocuparía de sobremanera estas irregularidades, e irían totalmente en contra del perfil que desea darle a la misma.
Los problemas de administrativos no serían recientes, sino que vendrían ocurriendo desde hace tiempo, situación que complica aún más el panorama ante la necesidad de ponerse al día al menos en “los papeles”. Desde la entidad también habrían decidido cambiar las cerraduras del nuevo edificio ubicado en Fleming 1229, con la intención de tener un control más efectivo sobre la sede y lograr una organización mínima para su funcionamiento.
Desde el municipio, el Secretario de Gobierno Gustavo Piscitello estaría siguiendo de cerca las alternativas de lo que ocurre en la entidad vecinalista, debido a posibles inconvenientes que puedan surgir en la misma. Desde el palacio también pretenden darle otro perfil y por eso apostaron a que Víctor Vacchieri conduzca las riendas del mismo, pero nunca pensaron encontrarse con este cuadro.
Más allá de estas irregularidades o desprolijidades, el municipio necesita implementar nuevas políticas para incentivar la participación de los vecinos, y además tener un control más efectivo sobre el dinero que se invierte en este tipo de entidades.
En ciudades similares a San Francisco funciona el Presupuesto Participativo, donde los municipios destinan un porcentaje del presupuesto para obras, y luego los vecinos de cada barrio votan por cual elijen. Cada centro vecinal presenta tres proyectos, los vecinos deciden cual obra hacer, el municipio lo financia y los centros vecinales la ejecuta la misma con estrictos controles del municipio o con una comisión creada para tal fin, la cual en muchos casos cuentan con la participación del Concejo Deliberante.
Esta metodología u alguna otra que pueda contener y despegar de los gobiernos de turnos a estas entidades vecinalistas ayudaría para trasparentar los dineros públicos y llegar de manera más efectiva a las necesidades de los vecinos, en muchos casos alejados de los centros vecinales, no por decisión propio sino porque algunos dirigentes se perpetran en los mismos y cierran sus puertas al resto del barrio y a las nuevas generaciones.