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Hicieron crack

Hicieron crack

Fumar distintos derivados de la cocaína se volvió algo normal en San Francisco y Frontera, debido a su bajo costo. Una modalidad que crece con efectos devastadores para los adictos a estas drogas. En algunos barrios ya hablan de “zombis” debido al “estado” que presentan los adictos luego de fumar estas sustancias.

En los últimos meses se puede observar en nuestra ciudad y Frontera un notable aumento del consumo de derivados de la cocaína, los cuales son fumados por los adictos mediante un pequeño caño metálico o una pipa especialmente diseñada –y casera- para tal fin.

En muchos barrios hablan del “crack”, una droga surgida en Estados Unidos en la década del 80 y con efectos desbastadores para los adictos. Otros dicen que se trata de “pasta base” o “paco”, lo cierto es que sin un análisis químico al respecto no podremos determinar la droga o sustancias derivadas de la cocaína que hoy están fumando los adictos. Su bajo costo, y efectos similares a la cocaína serían los principales motivos de su consumo, pero con secuelas mucho más graves y  desgarradoras.

Crack es el nombre que hoy recibe en la calle la sustancia fumada, y sus efectos ya son una evidencia en muchos barrios: los vecinos hablan de “zombis” o “muertos vivos” para describir el estado en el cual quedan muchos adictos luego de consumir esta droga.

Pequeños caños metálicos, algunas pipas caseras o latas de gaseosas, son los elementos más utilizados para consumir el “crack”, que si bien no es algo nuevo en nuestra ciudad, ha sumado una gran cantidad de adeptos en los últimos meses.

La difusión se ha hecho masiva y peligrosa. Sus efectos, desbastadores. En poco tiempo esta droga podría llevar a la muerte a nuestros jóvenes, y no tan jóvenes, que incursionan por esta nueva modalidad adictiva y extremadamente peligrosa, según los distintos informes que se conocen en nuestro país.

De acuerdo a lo que se puede conocer de diferentes investigaciones, su cóctel de químicos es tan letal que, además de generar una dependencia de la adicción que multiplica por 10 los efectos de las drogas convencionales, actúa como una bomba en el organismo. El torrente de residuos de la pasta base de cocaína se introduce vía sanguínea directamente al cerebro y ocasiona trastornos psicóticos de máxima magnitud, además de problemas pulmonares, cardiacos y vasculares. Su nivel de mortalidad la sitúa como la droga más peligrosa en la actualidad.

Si bien en las grandes ciudades el tema está mucho más difundido, en San Francisco y Frontera había pocos registros de jóvenes fumando estas sustancias, las cuales hoy se volvieron mucho más normales debido su bajo costo, y otro tanto a la intención de probar nuevas experiencias por muchos jóvenes. Ante esta situación, el problema no solo afecta a las clases sociales más vulnerables, sino que también alcanza a la clase media, que cada día encuentra menos posibilidad y comienzan a excluirse.

Los actitos a este tipo de droga, generalmente, son personas invisibles socialmente. Personas sin futuro, sin la menor posibilidad en la geografía de las oportunidades. Son presos en condiciones monstruosas. Esta droga responde a una necesidad brutal, que precisa una droga brutal. En definitiva, es lo social lo que crea la posibilidad de una droga. Aunque miremos para otro lado, el problema está entre nosotros… Ahora comenzarán las consecuencias…

  

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