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Se espera la definición en el caso de los narcopolicías sanfrancisqueños

Se espera la definición en el caso de los narcopolicías sanfrancisqueños

La causa judicial estaría  en etapa definitoria y solo restarían algunos detalles para completar el  expediente con el cual se requerirá la elevación a juicio. El denunciante -“malala”- se encuentra cumpliendo una condena por venta de droga, mientras que los dos policías imputados siguen prestando servicio en la fuerza.

Se cumplieron dos años desde que el suboficial inspector Alejandro Taborda y el cabo Matías Giménez, ambos pertenecientes a la policía de San Francisco y a la brigada antinarcóticos, fueran detenidos acusados de cobrar coimas para liberar la zona y permitirle vender droga a un conocido barra de Sportivo Belgrano.

En la actualidad, la causa judicial estaría en su etapa definitoria en la justicia local, muy cerca de ser elevada a juicio por el Fiscal Bernardo Alberione, de acuerdo a información a la que tuvo acceso EL TIEMPO en la jornada de ayer.

Solo restarían detalles en el expediente con el cual la justicia requeriría la elevación a juicio de la investigación, donde los dos uniformados están imputados de “cohecho”.

El denunciante de tal hecho de corrupción policial fue Carlos “Malala” Funes –reconocido barra de Sportivo Belgrano-, quien actualmente se encuentra cumpliendo una condena por venta de drogas en la cárcel de San Francisco.

Fue luego de ser detenido y acusado de venta droga, cuando decidió denunciar a los policías. En octubre de 2013, mientras estaba alojado en la penitenciaría local, en dialogo con EL TIEMPO, había adelantado que cuando lo detuvieron, los agentes le robaron dinero y le “plantaron” la droga que se secuestró en su domicilio. “Acá te arman causas, a mí me lo hicieron para sacarme de la cancha”, dijo en aquella oportunidad referencia a la interna en la barra de Sportivo Belgrano.

A los pocos meses, pero ya en 2014, “malala” recuperó la libertad provisoriamente y tenía un objetivo en su mente. Demostrar que los policías de “droga” eran corruptos. Fue así que en diciembre del 2014 Carlos “Malala” Funes consiguió hablar con el fiscal Alberione y en dicho encuentro le hizo escuchar un audio donde los uniformados le pedían una coima para liberarle la zona, y que pueda trabajar tranquilo. El fiscal no lo podía creer. Reconoció las voces de dos policías pidiéndole guita al barra para dejarlo vender cocaína. Era el 10 de diciembre y empezaba, a partir de ese momento, una acelerada investigación que iba a terminar por explotar 23 días después. “Malala” no dudo un segundo en firmar la denuncia en contra de los policías. 

De acuerdo a lo que consta en la causa, las partes habían acordado el pago de 10 mil pesos cada 15 días a cambio de impunidad,

 

Finalmente, el viernes 2 de enero de 2015 se realizó el encuentro en una plazoleta de barrio Parque. “Malala” fue a la reunión con los 10 mil pesos aportados por la Justicia, en billetes que habían sido marcados previamente.

Se encontró con Giménez y el civil que hacía de nexo, ya que Taborda estaba de vacaciones en Bialet Massé.

Apenas finaliza la supuesta transacción ilegal, el comisario mayor Raúl Araya, jefe de la Depar­tamental San Justo, ordenó capturar a Giménez, que se movilizaba, sin el uniforme, en su vehículo particular. El sospechoso intentó escapar hacia Frontera, pero fue cercado por sus propios colegas y debió frenar. En la ­huida, logró deshacerse de la bolsa con el dinero, que hasta hoy no apareció. De manera simultánea, otra comisión policial arrestaba a Taborda en su lugar de descanso.

Actualmente, Carlos “Malala” Funes se encuentra cumpliendo condena en la cárcel de nuestra ciudad luego de ser encontrado culpable en septiembre de 2015 del delito de “comercialización de estupefacientes” (hasta ese día se encontraba en libertad esperando el juicio), recibiendo una pena de 4 años de prisión.

Por su parte, los policías imputados se encuentran en libertad y ambos siguen afectados a la fuerza.  Alejandro Taborda actualmente se encuentra con carpeta médica en la policía y colabora en un comercio que su familia posee en San Francisco. Su último lugar de trabajo fue la comisaría de Malvinas Argentina. Por su parte, el cabo Matías Giménez se encuentra afectado a la comisaría de Monte Cristo, donde cumple con su labor policial con normalidad.

Según lo que se pudo conocer, cuando exista una definición judicial, el tribunal de Conducta Policial tomaría una determinación respecto a  la continuidad de estos uniformados en la Policía de Córdoba. 

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