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Condiciones Edilicias deplorables en la Sede del Archivo General de la Municipalidad

Condiciones Edilicias deplorables en  la Sede del   Archivo General  de  la    Municipalidad

Último Refugio para un Sobreviviente.En el corazón mismo del barrio La Florida, rodeado del paisaje suburbano que  el tiempo no consigue desdibujar por completo   y en  el viejo edificio que hasta 2009 fue sede de la Escuela “José María Paz” -Garibaldi esquina Suipacha-  está  el Archivo General  de la Municipalidad de San Francisco.

Ese ámbito edilicio que por sus deplorables condiciones de preservación, insalubridad y deterioro acelerado se descartó hace casi una década como sede de una escuela primaria, fue afectado de inmediato al funcionamiento  de una de las reparticiones  esenciales  de la administración municipal, a la que contiene desde entonces. Ingresar  en esas dependencias supone una experiencia de sensaciones encontradas. Me llevó hasta el lugar  la curiosidad por conocer desde adentro el lugar que atesora en soporte papel una parte significativa de la documentación que se genera en las distintas áreas del municipio, con su inmensa carga de información e  historia.  Preparé un “machete” con las inquietudes que me habían movilizado y las preguntas e interrogantes que esperaba develar.  La impresionante realidad del calamitoso estado de la edificación    me corrió de una el eje de la entrevista. El cuestionario se me hizo inútil a medida que  transcurrió mi recorrida por el edificio.  Se me presentaron con cruda nitidez las condiciones en que desenvuelve su función específica el Archivo. Paralelamente  creció mi admiración por la labor silenciosa, hasta ahora desconocida, del personal que cumple allí funciones. Sólo a ellos, a su  entrega diaria y entusiasta, se debe que la municipalidad cuente con el respaldo de  documentos esenciales para el desenvolvimiento de todas las  Áreas.

                                  Estado ruinoso, humedad,

                                  Inundaciones frecuentes

Muchos sectores del edificio hacen que se parezca más a una tapera que a un local destinado al quehacer de una repartición oficial.  Miles y miles de documentos  depositados en el lugar   -y organizados  sólo gracias  al soporte humano que brinda el personal-   están en forma permanente expuestos a los  rigores de las temperaturas extremas provocadas por el inmenso y antiguo tinglado de chapa que cubre lo que fue el antiguo patio de la escuela J.M.Paz. El resto de la superficie cubierta   -ex dependencias de dirección, aulas, pasillos y galerías-  muestra tal estado de deterioro que mueve al asombro y pesadumbre.  San Francisco, que se autoproclamó hace años “Ciudad Educadora”;  que  intenta mostrarse en proyección nacional como ejemplo de progreso  y  cultura, sintetiza  en la  pésima  atención que se brinda a esa dependencia fundamental para el funcionamiento de su gobierno y administración, cuánto le importa la preservación de su Archivo General. Mampostería ganada por la humedad, con grietas por las que se llueve al interior; revoques  que se desgranan y caen permanentemente en todos los ámbitos; aberturas vencidas que  con cada precipitación más o menos copiosa dejan ingresar gran cantidad de agua que será siempre quitada por el mismo personal que organiza, atiende y lleva adelante la  función específica, son cuestiones que más temprano que tarde deberán ser tenidos en cuenta.     

                                      ¿Computadoras?... NO HAY

Decir que en la actualidad un lugar oficial destinado al acopio de informaciónvital se encuentra marginado de la tecnología y la informática, suena a fábula   o dislate. Pues bien: el Archivo General de la Municipalidad de San Francisco  carece del  más mínimo atisbo de actualización, al punto que la única computadora que existía fue robada hace más de dos años y nunca  repuesta. Otra para el asombro: la destrucción del material que periódicamente es dado de baja por haber caducado su vigencia según lo determina la normativa legal, es  realizada  a mano por las empleadas, sin ningún recurso técnico que haga menos insalubre esa tarea. Pude ver numerosas bolsas repletas de papel triturado.  Había sido trozado en partículas mínimas, a mano. Los dedos llagados de quienes hicieron la tarea, fueron la prueba.   

                                   Funcionamiento del “Archivo”

Varios centenares de estanterías, en cada una de las cuales hay aproximadamente veintiocho cajas-archivo, están distribuidos en dos grandes sectores: “Interno” con el producto de la actividad de los diversos Departamentos de  la municipalidad,  y “Externo”, que se destina a la documentación que los contribuyentes ingresan por  la Mesa de Entradas.  Cada sector  está organizado por Áreas. Si bien la AMOS  y el registro Civil acopian su propia documentación, algo también se  deriva al archivo general.

Hacia fines de cada año, cada Departamento municipal envía todo el material que deberá archivarse. En los últimos días ingresó una cantidad importante de grandes paquetes que serán de ahora en más desglosados para procederse a la clasificación y archivo.

El requerimiento de determinado expediente o documento se hace  desde la municipalidad por teléfono. Ubicado el material, es llevado personalmente por los empleados . Todo, absolutamente todo, lejos   -muy lejos- de la evolución de las tecnologías de la información y de los sistemas modernos de organización archivística.

                               UN POCO DE HISTORIA

Mientras la municipalidad funcionó en el que por décadas fue  su edificio de bulevar 9 de Julio esquina Avellaneda,  el Archivo estuvo ahí, con  su imprescindible acopio de documentación.  La era digital estaba tan distante, que a nadie se le hubiese ocurrido por ese entonces imaginar tan siquiera  otra forma de dejar constancia del quehacer de cada una de las secciones y departamentos, que no fuese en papel. Con los años, la cantidad de material que  se  acumuló en armarios y estanterías que desbordaron espacios disponibles,  se fue transformando en un  serio motivo  de preocupación  y desde el ejecutivo comunal empezaron a barajarse soluciones posibles.

                                 Imperdonable:       el Digesto

                                 se vendió como Papel Usado

 

La versión me fue narrada por Juan Carlos Brook, cuando  era mi jefe en la redacción del matutino  local.  Durante la gestión como comisionado municipal de Juan María Baggio Ferrazzi, que transcurrió desde el 12 de febrero de 1949 hasta el 30 de junio de 1952  (fechas que aporta Arturo Bienedell en su obra “100 Años de San Francisco”) se dispuso vender a los gitanos como   “papel usado” todo el digesto municipal. Es decir que el inapreciable tesoro  documental de las ordenanzas, decretos y resoluciones de la Municipalidad, clasificados  e inventariados,  desapareció por una decisión imperdonable, plagada de ignorancia y autoritarismo. En pocas palabras: una tragedia para la vida institucional de la ciudad.

Durante la gestión radical de Hugo Madonna, hacia fines de 2007 se procedió a digitalizar toda la legislación municipal, es decir las  ordenanzas, decretos y resoluciones vigentes a esa fecha. La informatización del digesto,  que estuvo a cargo del Estudio Jurídico Rivas, cubrió una necesidad impostergable y significó una justa reparación a aquella tropelía.

                     INACABABLES MUDANZAS

Cuando la administración de Aldo Ferrero adquirió el palacio Tampieri y lo hizo sede comunal, el  Archivo fue destinado al subsuelo. Se accedía a él por bulevar 9 de Julio  y compartía ubicación con la Dirección de Tránsito  y la imprenta municipal.  El tremendo fenómeno ecológico que determinó el ascenso de las napas freáticas marcó el momento del tránsito a un nuevo destino.  El nivel donde funcionaba fue ocupado compulsivamente por el agua y  una parte considerable del valiosísimo material que poseía resultó destruido o seriamente dañado. Todo lo que pudo peleársele al inclemente avance hídrico fue gracias al trabajo del personal municipal ;  se llevó hasta el edificio  de la segunda cuadra de calle Mitre donde por años funcionó el Registro Civil; esa antigua edificación, antes de su reciclaje había sido vivienda del odontólogo Dr. Mendoza primero  y luego de  otro profesional del mismo rubro, el Dr. Blas Amali.   De ahí el Archivo debió padecer una nueva mudanza,  esta vez a una de las entonces dependencias del CEDEM, 25 de Mayo e Yrigoyen, local de la ex fábrica de galletitas Tampieri.Luego,   por un par de años, su destino  fue el de la ex fábrica de escopetas “Arca” en 9 de Septiembre y Avellaneda; finalmente se lo trasladó a su actual asentamiento. Cada mudanza  significó pérdidas y extravíos de documentos a los que fue imposible  recuperar.

                              SOBREVIVIR A LAS ADVERSIDADES

   A pesar de tantas contingencias históricas adversas, que se prolongan en el lamentable ámbito físico en el que funciona  y en el sistema obsoleto, marginado de toda actualización tecnológica, el Archivo General es una demostración palmaria de lo que pueden  la vocación y el entusiasmo por llevar adelante un trabajo que se ama. Aunque esa tarea diaria se deba cumplir en un ambiente altamente insalubre  y  contaminado.  Dan testimonio de ese compromiso el jefe Héctor Jesús Garay  y las  auxiliares Susana Silvia Pedrana, Adriana Carballo y Antonella Bongiovanni.

 

                                  HÉCTOR JESÚS GARAY:

                                  EL ALMA DEL ARCHIVO

Se llama  Héctor Jesús Garay. Hay quienes piensan que su apodo merece estar también en el documento de identidad de este hombre que desde hace cuarenta años es empleado municipal  pero que trascendió y se quedó para siempre en el corazón de la hinchada de Sportivo Belgrano como EL CHUECO Garay. Me cuenta que desde hace treinta y cinco años trabaja en el Archivo General al que fue convocado por la señora Norma del Valle Vavasori de Planells, archivera universitaria a cuyo talento y capacidad se debió la organización  y dinámica de funcionamiento  que sustentaron la base de lo que en la actualidad se denomina Archivo General de la Municipalidad de San Francisco,  y cuyo fallecimiento ocurrido el 20 de agosto de 2010  significó una sensible pérdida para el Archivo. Sus compañeros la recuerdan con afecto y admiración. Garay, emocionado, me muestra una foto que atesora en su mesa de trabajo. “-Mi jefa”, me dice. Mientras se desplaza entre las largas filas de  estanterías de su hábitat laboral, cuenta cómo transcurre cada día de trabajo  y elogia el entusiasmo con que lo secundan sus compañeras. Le pregunto por la documentación más antigua que se guarda en el lugar: en una de las dependencias,  también en penoso estado pero donde hasta ahora no se llueve, provisoriamente acumuladas en el piso  hay enormes pilas de antiguos libros de actas, de contabilidad  y registros varios.  Son volúmenes de gran tamaño, deteriorados pero absolutamente recuperables, todos manuscritos y cuya antigüedad remonta en varios casos a un siglo.  Un material de incalculable valor histórico y testimonial , sometido también al infortunio del polvo , la humedad constante  , los cambios de temperatura  y la amenaza siempre pendiente de que penetre  al recinto el agua de las lluvias.

                                     Asombroso: Todo el Archivo en

                                     la mente y la capacidad de Garay

 

                          

 Es el Jefe del Archivo. Pero su responsabilidad excede con creces el cargo con el que figura en el escalafón municipal. Se desplaza entre los millares de archivos de documentos con el soporte de una carpeta que contiene los instrumentos legales que pautan su trabajo. Sin hesitar, en tiempo récord, ubica el material que se le solicita: área, tipo de documento, año en el que se lo produjo. Le pregunto si tiene noción de que su mente  es el “disco rígido”  que se ha tornado tan valioso  como el más sofisticado  software de que pudieran estar dotadas las computadoras que   al parecer jamás se preocuparán por darle.  Sonríe,  vuelve a recordar a quien fue su precursora   -Norma Vavasori de Planells-  y destaca una vez más la labor  del personal a su cargo.

                                                          

 

 

                                  Ese gol de chilena…  

La entrevista termina.  Le pido un recuerdo de su trayectoria en Sportivo… Mientras acaricia con admiración las páginas de uno de los antiguos volúmenes manuscritos que apilados en el suelo aguardan mejor destino, medita y confiesa:  -… ese gol de chilena que le hice a Talleres en Córdoba.. Ése es mi  recuerdo más lindo .. -¿Y un anhelo para el Archivo,  “su” Archivo General?... – Que algún día, se le pueda dar el lugar   que merece..  -Amén!, pienso  al alejarme…

                                   Agradecimiento :

Al secretario de gobierno de la Municipalidad de San Francisco  Dr. Gustavo Piscitello, por la  gentil disposición que facilitó la entrevista;  al  jefe  del Archivo General,  Héctor Jesús Garay; al  personal del Archivo:  Susana Silvia Pedrana , Adriana Carballo y Antonella Bongiovanni , y a  Oscar Gaveglio, funcionario municipal durante la gestión del intendente Hugo Madonna.

 

Idea y Producción de TERE CAPDEVIELLE                                

 

 


 

 

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