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Carne podrida: La salud pública puede esperar

Carne podrida: La salud pública puede esperar

Por el momento no hay nada nuevo en la causa, solo que los involucrados continúan en libertad y sin imputación, mientras algunas de la carnicerías volvieron a abrir sus puertas y otras están a punto de hacerlo nuevamente.

Con una justicia lenta, que no permite establecer el grado de responsabilidad de los autores de este ilícito en toda una cadena de comercialización ilegal que ponía en peligro constante la salud pública, la causa parece no encontrar el rumbo.
Pero más allá de esta situación ya conocida y el intento del fiscal actuante de despegarse de lo que está ocurriendo, no deja de sorprender que alguna de las carnicerías esté nuevamente funcionando y otras muy cerca de reabrir sus puertas.
En este sentido, el Dr. Viaut expresó que la apertura de las carnicerías se trata de una cuestión administrativa de las municipalidades a través del área de bromatología, pero parece olvidar que su investigación encontró carne podrida, con sulfito y que no tenía la cadena de frío adecuada. Del mismo modo, investiga que la procedencia de la "carne" sería de animales que habían muerto por causas desconocidas y entregados a éstos carniceros para que la comercialicen.
A pesar de todas estas fallas, que podrían haber derivado en una catástrofe sanitaria en toda la región, el fiscal se desliga y manifiesta que se trata de una cuestión administrativa.
Lamentablemente, lo que sucedió marcó también un grave agujero en los controles bromatológicos y como la salud pública tiene una baja importancia en toda la cadena de control.
A pesar de todo esto, algunas carnicerías ya volvieron a funcionar y otras se aprestan a hacerlo, mientras los productores que vendieron estos animales muertos parecen estar lejos de ser investigados.
Resulta inverosímil que quienes entregaron éstos animales (productores) desconocieran el fin que tenían los mismos, luego de muchos años de contactos y entregas, en ciudades tan pequeñas y donde casi todos nos conocemos.
Lo cierto es que en primer término pareció una investigación acertada y concreta, pero luego con algunos pormenores, que dan cuenta de que quién denunció habría sido alguien del entorno que se sintió defraudado y obligó una rápida intervención judicial, no existieron mayores avances dejando un manto de dudas sobre si realmente la salud de los vecinos le importa realmente a alguien. 
Los investigados por la justicia en la actualidad son Sergio Valle, Norma Olmos, José Valle, Hugo Nuñes, Maximiliano Valle, Eduardo Valle, Javier Besuzo y una persona de apellido Novara apodado «el tuerto». A estos habría que sumarle otra persona que está siendo investigada pero que no trascendió el nombre.

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