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Hijo de mil…

Hijo de mil…

Su propio hijo la golpeó y la dejó en la calle. Esta es la triste historia de una abuela de 70 años, que no puede comprender la violencia y voracidad de su hijo. Horroroso.  

Esta es la historia de Olga, una mujer de 70 años de nuestra ciudad que a principios de este año comenzó a vivir una verdadera pesadilla. Su hijo mayor le reclamó dinero y propiedades, llegando a golpearla para conseguirlo. La señora tiene dos hijos, y hace un tiempo recibió una herencia por el fallecimiento de su madre. Ante la nueva situación en la que ella se encontraba, decidió poner una casa a nombre de uno de sus hijos y con el dinero restante invertir en un desarrollo inmobiliario en las sierras, a nombre de su otro hijo con usufructo de ella.

La mujer vivía en su casa con su hijo mayor y la familia de este. Un buen día, según relata Olga, el hombre le pidió que le diera la casa en la que vivían, que la pusiera a su nombre. La señora se negó y el hijo enfurecido la golpeó, como nunca antes lo había hecho. Mientras la mujer cuenta su historia, los ojos se le transparentan y el dolor comienza a brotar en forma de lágrimas. No comprende cómo su propio hijo llegó a pegarle de esa manera.

Asustada, Olga fue a denunciar el maltrato y mientras la justicia respondía, debió mudarse en pleno invierno a un galpón al fondo de su casa, con una pequeña cama y sin calefacción. La mujer relata que es insulinodependiente y su hijo le vendió una pequeña heladera donde guardaba la medicina, por lo que debió recurrir a los vecinos para mantener la cadena de frío.

Finalmente, el Juzgado de Violencia Familiar determinó que el hombre y su familia debían abandonar la casa. Sin embargo, la mujer cuenta que luego de esto se enteró que ya no podía disponer de las propiedades de las sierras, porque fueron vendidas por su hijo. La tristeza de Olga es muy grande, más allá de lo material, haber tenido que atravesar una escena de violencia en manos de su propio hijo es lo que atormenta sus días.

 

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