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Entre la vida y la muerte por falta de un cirujano

Entre la vida y la muerte por falta de un cirujano

Una mamá contó que la vida de su hijo corrió grave peligro por falta de atención. Denunció que en el hospital Iturraspe no había un cirujano para operar. Debió ser trasladado a Córdoba. La cruel realidad.

Isaac, de apenas tres años vivó un calvario durante el primer fin de semana de marzo. Durante ese sábado, el pequeño comenzó con fuertes dolores en su estómago y en su pierna. Sus padres, ante esta situación llevaron a su hijo al hospital Iturraspe donde fue atendido por una de las pediatras de turno que en primera instancia le realizó estudios de rigor y envió al niño a su casa luego de recetarle algunos calmantes. Sin embargo, la situación fue empeorando con el correr de las horas, y luego de la tercera consulta, el pequeño fue diagnosticado con “apendicitis” en la madrugada del domingo. A partir de allí comenzó un tormento para este niño y su familia.

Luego de los análisis y de confirmarse el diagnostico, el pequeño debía ser sometido a una cirugía de apéndice, agravada por una peritonitis, en un procedimiento generalmente que no conlleva mayores riesgos siempre y cuando se actué con sensatez y se tenga el personal para realizar la misma. Sin embargo, en el Hospital Iturraspe no había un cirujano para realizar la cirugía, o bien vaya a saber porque motivo el especialista que debía practicar la intervención se negó, todo esto a pesar del pedido desesperado de las dos pediatras de turno que le decían “sino lo operamos se nos muere doctor” según contó Tati Roggero, madre del niño. 

Ante esta negativa y la desesperación por la falta de un profesional que pueda actuar para salvarle la vida a este pequeñito, finalmente las pediatras decidieron derivarlo a la ciudad de Córdoba -a 200 km.- de San Francisco para que sea intervenido quirúrgicamente.

“Primero me dijeron que no había cirujano, pero después el Dr. vino a dar el alta a un nene que estaba al lado de mí bebé y me dijo que él no lo iba a atender por se tenía que ir a Brinkmann. Nunca me voy a sacar de la cabeza la imagen de este hombre retirándose y diciendo: ‘yo no lo voy a atender, no me hago responsable porque tengo que viajar’ y se fue” narró entre llantos la madre de Isaac.

“No es justo. No había ni siquiera insumos para canalizar a mi hijo, le pidieron a mi marido que al otro día reponga todo porque sino, no tenían para canalizar a otra criatura. Nos cobraron 100 pesos por 6 horas que estuvimos ahí hasta que nos derivaron a Córdoba de urgencia con mi hijo que se moría, no puedo comprender que pasen estas cosas” se quejó.

“Fueron seis horas con la apéndice de mi hijo reventada y sin encontrar respuestas. Tengo la cirujana de Córdoba cómo testigo que está dispuesta a contar todo lo que paso. Mi hijo se me moría, tengo que agradecer a Dios que él esté vivo” contó Tati.

Luego de un viaje traumático, finalmente en el hospital público de la ciudad de Córdoba Isaac pudo ser intervenido y salvar su vida de milagro.

Otra vez la Salud Pública de San Francisco muestra su peor cara. Ver a los ojos de este niño y a su madre, y pensar la tortura que pasaron, alcanza para comprender que estamos muy mal, que seguimos mal, que nada ha cambiado y que la vida para algunos no vale nada…

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