.

 style=

Venta ilegal de armas en las redes sociales y en WhatsApp

Venta ilegal de armas en las redes sociales y en WhatsApp

El mercado en negro de armas sigue creciendo. Las redes sociales y WhatsApp son las plataformas elegidas para comercializarlas. Comprar un arma de manera ilegal y a un costo mínimo resulta un trámite muy simple para cualquier interesado en adquirirla.

 

El comercio ilegal de armas va en aumento y cada día queda más expuesto en las redes sociales y los grupos de mensajería gratuita, donde florecen los ofrecimientos de armas de todo tipo y calibre. Comprar un arma sin papales puede resultar un trámite muy simple utilizando los medios antes descriptos.

Desde hace un tiempo, este medio viene siguiendo la oferta vía internet y de grupos de WhatsApp de armas de fuego: el resultado fue sorprendente. Cientos de armas ilegales (sin declarar ante el Renar, Registro Nacional de Armas de Fuego)  y por ende de dudosa procedencia. El intercambio entre los usuarios se da sin tapujos y se puede encontrar todo tipo de armamento, calidad, calibre y a precios muy bajos comparados con los de mercado.

Todas estas transacciones se dan con total naturalidad a pesar de ser un delito, en las narices mismas de autoridades que miran para otro lado.

No deja de sorprender la cantidad de armamento que hoy se encuentra en manos de civiles. En su mayoría sin registrar y que podría terminar en manos de cualquier delincuente por unos pocos pesos. Sucede que muchas personas terminan comprando o vendiendo este tipo de armas sin conocer su procedencia o cual será el destino que se le dará a la misma. Así se va alimentando este mercado “negro” en donde podes terminar cerca de un arma que participó de un delito o facilitarle el acceso a un delincuente a un arma de fuego.

Pero como se dice habitualmente, todo mercado en negro está fomentado por fallas en el mercado legal y algo de eso hay detrás de toda esta historia. En la actualidad poder adquirir un arma de cualquier tipo por la vía legal es prácticamente una odisea, debido a la deficiente actuación del Renar, con demoras interminables para poder acceder a los registros  correspondientes y la posterior entrega del arma.

Armerías de la ciudad consultadas, informaron que existen  entre cuatro y cinco meses de demora para poder entregar un arma comprada legalmente, y lo mismo ocurre con quienes deben renovar las licencias correspondientes de Legitimo Usuario. Según las armerías, las demoras estaban dadas en que no se podían obtener los formularios para enviar al Renar y también porque el actual gobierno no había designado un funcionario en dicha dependencia. En realidad todo parece perseguir una política para que cada día sea más difícil que un civil acceda a un arma de fuego, a pesar que todo indica que esta “política” no hace otra cosa que alimentar el mercado en “negro”.   

Según establece la legislación Argentina, cada arma que sale al mercado debe tener su identificación (la tarjeta que la personaliza). Además, quien la usa debe tener la CLU (Credencial de Licencia de Uso o legítimo usuario como se dice habitualmente). En tanto, existe otro permiso que es el de portación, aunque éste es restrictivo y sólo se le otorga al personal de las fuerzas de seguridad -en actividad o retirado-, no a civiles. Este permiso faculta al portador a llevarla preparada para su uso inmediato en un lugar público o de acceso al público.

De esta manera, un ciudadano civil puede tener permiso de tenencia y de uso, pero no de portación. Todo esto se encuentra establecido en la ley nacional 20.429, regulado por el decreto 395/76, la cual no fija un máximo de armas que se pueden autorizar para un ciudadano.

Todas estas demoras, y los engorrosos trámites exigidos que parecen prehistóricos para la era digital en la cual vivimos, aumentan el paso a la ilegalidad. Pero esto no se debe a una cuestión económica, sino más bien a las cuestiones burocráticas antes explicadas, dado que cualquier arma sin papeles pierde más del 50% del valor real. Dadas estas circunstancias, sería impensado que alguien que tiene todas las credenciales en reglas inserte un arma en el mercado en negro para obtener una rentabilidad económica.

Así las cosas, ante la incapacidad estatal para controlar, sumadas a las trabas burocráticas y las exigencias irrisorias que se solicitan, hacen que muchas armas terminen alimentando este mercado ilegal donde cualquier ciudadano puede terminar armado a cambio de unos pocos pesos.

 

Lo que se puede encontrar en la web y en los grupos de WhatsApp

Pistolas, revólveres, escopetas, carabinas, todo tipo de armas pueden comprarse a través de la web con total facilidad y la mayoría de las veces sin documentación.

El mercado ilegal no para de crecer debido a la facilidad que plantea. Hoy desde una PC o celular cualquier persona puede recibir una pistola en su domicilio en cuestión de horas.

Desde los 1.500 pesos se puede adquirir una pistola calibre 22 y por 6.000 una 9 milímetros. La oferta es variada en calidad, precios y tipo de armas. Una escopeta sin papeles se puede conseguir en 2.000 y llegar a los 8.000 dependiendo de varios factores.

 

Armas secuestradas que vuelven a la calle

Lo explicado anteriormente vendría a ser parte del comercio que conocemos, pero no podemos olvidarnos la cantidad de armas que desaparecieron en la policía de Córdoba, o aquí mismo en San Francisco donde un empleado judicial las robaba en tribunales y las volvía a insertar en el mercado ilegal, siendo que estas armas que habían participado de algún tipo de delito.

Recientemente se conocieron casos similares en Entre Ríos, con lo cual quienes deben controlar terminan siendo cómplices de reinsertar armas al mercado ilegal.

 

Facebook cerró grupos donde se vendían armas

Si bien en redes sociales como Facebook, desde hace meses se prohibió la venta de armas entre particulares -sean legales o ilegales- lo cierto es que muchos se las ingenian y siguen publicando. Esto ha causado que sean cerrados diferentes grupos de caza o de actividades al aire libre, debido a que se repetían las publicaciones de armas de fuego a la venta.

 

 

 

Subir