Una situación muy peligrosa
Un tío trató de abusar de su sobrina de 13 años. No conforme con esto, tras la denuncia judicial de los padres de la niña, sigue acosando y amenazando a la familia. Una situación que puede terminar de la peor manera.
A veces creemos y nos convencemos de que hay cosas que nunca nos sucederán, sobre todo cuando se habla de situaciones extremas dentro de la familia. Las noticias de casos de abuso lamentablemente surgen día a día ante una sociedad que queda estupefecta al conocer hechos de esta naturaleza. Y normalmente, como acto de defensa creemos que a nosotros no nos puede pasar.
Este caso, en donde un tío compañero y muy allegado a su sobrina, un día decide mostrarles videos pornográficos a la niña de apenas 13 años, para luego tratar de abusar de ella, toma ribetes aberrantes y nos pone de nuevo en alerta.
El relato del padre es contundente y desesperado. Luego de hacer la denuncia correspondiente, y más allá del dolor provocado por este “pariente cercano” -que aumenta más el daño- deja en claro que debemos prestar más atención a las actividades de nuestros niños.
Esta persona, si es que se lo puede llamar así, al ser notificado de la denuncia comenzó a realzar amenazas a la familia y sigue merodeando la casa y el colegio de la menor.
El padre cuenta que “en la puerta de mi casa aparecieron fotos de mi familia cortada con una cruz por un cuchillo, pasa por la noche y me desconecta la luz de medidor. Desde ese día estoy pendiente de mi hija y la voy a buscar todos los días al colegios y veo que él pasa por en frente burlándose de nosotros” aseguró el hombre.
Naturalmente esto está asentado en la denuncia formulada en los Tribunales de San Francisco y que lleva adelante la Fiscalía de Delitos Complejos. Es aquí donde surge un dilema, ya que esta persona acusada, al no tener antecedentes, no es detenida. El acusado (más allá de la perversión que tiene en su cabeza) es consciente de que no puede ser detenido y saca ventaja de la situación burlándose de la justicia. Es de esta manera que la situación se vuelve altamente peligrosa, y el padre, al ver que no puede darle la contención que necesita su familia, que la justicia se ve con la manos atadas, sumado a la perversidad de esta persona que no tiene otra ocupación que la de ver como pone en marcha sus macabros hechos, se forma un coctel a punto de estallar.
A pesar de todo esto, pero no menos importante, nos estamos olvidando de la victima que vuelve a pasar una y otra vez por la misma situación, al ver a su tío en quien confiaba y quería, transformado en una cosa que su inocente alma no termina de entender.
Un domingo en donde la familia fue a al cementerio a llevarle flores a su familiares fallecidos, se encuentran que en la lapida donde están los resto de uno de sus abuelos, con la foto de su pequeña hija colocada en el frente del mismo. Semejante paisaje dejó atónitos a los padres, al ver hasta donde llegaba la perfidia de esta persona, dejando un mensaje violento, dado que solo los familiares directos del difunto tienen acceso a la llave para abrir la ventana que cubre el nicho, estando esta persona entre quienes tenían acceso al mismo.
Dicen que la justicia si es lenta no es justicia y que también todo tenemos derechos, incluso este tipo de personas… pero es hora de que se revean las leyes en cuanto a este tipo de delitos. Una mayor contención a la victimas y familiares de abusos es necesaria y urgente, como así también el análisis sobre la reincidencia de este tipo delitos… ya no se puede mirar para otro lado.